lunes, 11 de abril de 2011

EL RIO ESTA EN PELIGRO

El río Aragua está siendo destruido. Este crimen preocupa por dos razones: Por el hecho mismo, primero; y luego, por el silencio cómplice de quienes deberían decir (y hacer algo) y se hacen los locos. ¿Que puede pensar uno ante semejante complicidad? Muchas cosas, por supuesto; pero hay una que hace más horrendo el crimen ecológico: que haya dinero de por medio... No diré que estén comprándoles las conciencias; ni que se me ocurra tal cosa. Sería un mal negocio para el comprador, porque no puede comprarles lo que no tienen. En todo caso, podrán comprar su indiferencia, porque ésta si que les sobra.
Durante muchos años se ha sido indiferente ante el atentado que se ha hecho al patrimonio de todos; la lista es larga. Ya lo he dicho en otra parte. Aquella plaza original de los años 50 era hermosa; pero para impresionar, los gobernantes vinieron a "modernizarla" y acabaron con muchas cosas: La ceiba, la mata de toco; las cercas originales, aquellas aceras tan bien diseñadas... Acabaron con la Cruz de Elodit, con la de Otero, con los espacios históricos de la Laguna de Inozúa, o de los Desorejados, donde no hay ni siquiera una placa ni una plaza; ni un monumento, nada... Acabaron con la casa de Sixto Gil, que aún siendo privada, pudo ser adquirida, resguardada y convertida en museo; el auditorium (del que tanto se han vanagloriado algunos politiqueros) está en el suelo... La Casa de Tejas diagonal a los Portales de la familia Silva, hoy del pintor Raúl Velásquez, también pudo ser salvada, por ser la casa más antigua de Aragua, pero no, nada de eso ocurrió...
No, amigos coterráneos, no basta con la fastuosidad de un Carnaval y del Baile de la Maya para demostrar amor por el terruño nativo; hay otras cosas tan importantes o tal vez más que esas por hacer. Una de esas cosas, es salvar el río, arrebatárselo a los terratenientes (sean del signo político que sean), y devolverle al río su esplendor... Cuando se usen bombas de regadío, abrir caminos de reciclaje para que el agua rodante despues de regar vuelva al río... sembrarles árboles, mangos, jabillos, ceibas; cuidar sus cabeceras, cuidar su nacimiento,  cuidar su cauce...
No se entirende ni se debe aceptar que en nombre de un progreso inexplicable, quieran acabar con uno de los patrimonios naturales de Aragua, de Monagas y de Venezuela: el río Aragua, uno de los afluentes del Guarapiche, uno de los mas bellos rios que bajan al llano desde las serranías de la Cordillera de la Costa, de las montañas del macizo del Parque Humboldt... ¡Qué tristeza que no haya nadie que empiece una jornada de protesta no politiquera, sino ciudadana...! Si yo fuera el Alcalde, yo mismo dirigiría la protesta, la acción legal o la de calle, la que hiciera falta para llamar la atención del pueblo y del Estado nacional... Estado sin pueblo no es tal; pero más triste es que esté un pueblo sin un Estado que lo cuide y vele por él. ¿Les parece duro esto? Bueno, entonces, visiten el río, mírenlo y luego hablamos... Luego me dirán si no es legítima la indignación cívica de este aragüeño comemayas. Y si quieren hallar cara a cara a un culpable... tengan cuidado, pues lo pueden encontrar mañana al cepillar sus dientes y peinarse frente al espejo.

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